La alianza estratégica trilateral entre China, la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y el Consejo de Cooperación del Golfo (GCC) se formalizó en la cumbre de mayo de 2025 en Kuala Lumpur, capital de Malasia. El acuerdo de libre comercio busca fortalecer la cooperación económica y la conectividad logística de estas regiones del Sur Global. ¿Qué significa este eje económico para las pymes exportadoras de LATAM?

Contexto del eje China-ASEAN-GCC

Los líderes de las tres regiones se proponen ampliar la cooperación intrarregional en Asia e impulsar el desarrollo colectivo, aprovechando las fortalezas comerciales para enfrentar los desafíos del mercado y las presiones de las economías occidentales. Así, se considera un hito de acercamientos económicos para apuntalar el modelo de cooperación Sur-Sur.

La cumbre representó un refuerzo de las relaciones bilaterales ya existentes: es un salto hacia una cooperación trilateral más profunda, con impacto directo en los flujos comerciales, las estrategias de desarrollo y el tablero geopolítico internacional. Recordemos el clima generado por los aranceles del “Día de la Liberación”, promovido por el presidente Trump y su postura de alejar a Estados Unidos de varias instituciones y pactos globales. Ese escenario despertó el realineamiento de los países de Asia y el deseo de escapar a las presiones occidentales y la volatilidad económica.

La cumbre 2025 ocurre en un contexto de reconfiguración del poder global, momento en que es necesario construir resiliencia ante la desaceleración económica mundial, la fragmentación de mercados y la crisis de los aranceles.

Esta integración se centra en la cooperación económica, energética e infraestructural, donde podemos establecer algunos puntos para comprender el contexto histórico del acercamiento estratégico:

• China y ASEAN: la relación bilateral de China y la ASEAN es la más dinámica, a partir de la creación de Zona de Libre Comercio ASEAN-China (2010). El intercambio crece dada la proximidad, la plataforma manufacturera y la posición estratégica respecto del Estrecho de Malaca, una de las vías navegables más importantes para el transporte marítimo.
• China y GCC: este vínculo económico también viene de décadas anteriores, impulsado por la demanda china de petróleo y gas. A su vez, el GCC tiene interés en diversificar su economía más allá de los hidrocarburos.
• ASEAN y GCC: entre ambas regiones, la integración y diversificación hacia nuevos sectores hace crecer el comercio internacional.

¿Cómo se redefinen las rutas y la demanda global?

Entre las tendencias en comercio internacional, la cumbre promueve la cooperación Sur-Sur y actúa como un contrapeso a otras potencias, buscando ampliar el alcance económico y la influencia de estas regiones.

La convergencia de estos tres bloques acelera flujos comerciales que antes dependían de rutas más largas, intermediarios múltiples o mercados occidentales como puente. Hoy, Asia y Oriente Medio están construyendo un circuito propio y autosuficiente.

Redefinición de las rutas comerciales globales

El nuevo tablero internacional favorece un giro hacia el comercio Sur-Sur: las rutas tradicionales ya no monopolizan el movimiento global de mercancías. Con el fortalecimiento del eje China-ASEAN-GCC:

• Aumentan los trayectos directos entre puertos del Golfo y puertos del Sudeste Asiático.
• Se densifican las conexiones entre China y Oriente Medio.
• Se instalan y expanden nuevos hubs logísticos en los países del Golfo.
• Se reduce la dependencia de canales tradicionales como Suez o las rutas transpacíficas.

El eje también propone nuevas infraestructuras, menor congestión portuaria y mayor resiliencia:

• China financia terminales y corredores en el Golfo vinculados a infraestructura y transporte mundial.
• El GCC desarrolla puertos de clase mundial para convertirse en un puente entre Asia, África y Europa.
• La ASEAN fortalece su conectividad interna y su capacidad logística.

Por tanto, la diversificación de rutas permite descongestionar puntos críticos del comercio, reducir tiempos de tránsito, agilizar las entregas, y ofrecer alternativas estables ante crisis globales.

Cambios en la demanda global

Es evidente que el acuerdo entre estas regiones modifica la dinámica económica del mundo, donde el triángulo comercial en expansión está constituido por la energía, la tecnología y los alimentos. Las tres regiones se complementan y generan un mismo pulso económico. El nuevo equilibrio en el intercambio del comercio internacional se traslada a Asia y Medio Oriente.

La relación trilateral impulsa la demanda en varios frentes:

• China y ASEAN demandan petróleo, gas y petroquímicos del GCC.
• El Golfo compra bienes tecnológicos, maquinaria, vehículos y productos electrónicos.
• ASEAN consume alimentos, productos manufacturados y servicios logísticos.

Impacto del nuevo eje económico en LATAM y retos logísticos

El nuevo eje Sur-Sur genera una oferta diversificada y competitiva en productos tradicionales donde Latinoamérica solía tener ventajas. Pero ¿qué significa este reordenamiento de la demanda global para regiones como Latinoamérica, y especialmente para las pymes, que dependen de la estabilidad logística y del acceso a insumos intermedios para producir?

Mayor competencia en sectores tradicionales

La mayor demanda asiática y del Golfo también se traslada a la competencia: precios más bajos, plazos más ajustados y presión por adoptar tecnologías de punta. Por tanto, existe un riesgo para las pymes que no adopten mejoras tecnológicas y logísticas para competir con la oferta asiática. Pero también, una oportunidad para aquellas que encuentren sus nichos con valor agregado, por ejemplo, algunos productos con potencial exportador: orgánicos, sostenibles, de origen local, artesanal, especialidades regionales, cosmética natural.

Dependencia de insumos importados

Muchas pymes latinoamericanas importan insumos, maquinaria y productos intermedios desde China y ASEAN. Y esta dependencia puede verse afectada. El creciente comercio de Asia con el GCC puede hacer que gran parte de la producción se desvíe hacia Oriente Medio. Esta nueva dinámica va a impactar en las pymes de LATAM cuando se encuentren con la dificultad de conseguir insumos críticos, volatilidad de precios y mayor presión para anticipar sus pedidos.

Riesgos de congestión o desvíos

Las nuevas conexiones entre Asia-Golfo pueden beneficiar a las pymes con rutas indirectas más eficientes y tarifas más competitivas según la temporada. Sin embargo, aumentan los riesgos de congestión, desvíos o reducción de alternativas cuando las navieras prioricen las rutas de mayor volumen entre Asia y el Golfo.

Mayor digitalización y exigencias tecnológicas

La digitalización acelerada en puertos y aduanas de países del bloque eleva los estándares globales. Así, las pymes que no adopten tecnologías equivalentes o ignoren alianzas logísticas pueden quedar rezagadas en esta expansión económica. Los estándares para ingresar a estos mercados son:

• Trazabilidad en tiempo real
• Documentación electrónica
• Certificaciones integradas
• Plataformas logísticas digitales

Barreras regulatorias y procesos administrativos

A las exigencias para insertarse en cadenas globales de valor, se suman normativas cambiantes, certificaciones complejas y trámites aduaneros engorrosos que provocan demoras en aduanas y ralentizan la competitividad exportadora. Las pymes suelen carecer de departamentos especializados para gestionar estos requisitos de comercio exterior. Por eso es indispensable contar con un socio logístico como DHL para transitar la nueva arquitectura económica Asia-Golfo.

¿Qué significa esta alianza económica para el comercio global?

Como tratado comercial de cooperación regional, la integración China-ASEAN-GCC está generando un nuevo eje económico Sur-Sur, cuyo impacto en el comercio global se traduce en:

• Reequilibrio de los centros de producción y consumo, desplazando parte del protagonismo histórico de Occidente y de las rutas transpacíficas.
• Mayor resiliencia logística global, al multiplicar rutas, hubs y capacidades portuarias.
• Incremento de la competencia en energía, tecnología y servicios logísticos, mediante inversiones multimillonarias.
• Convergencia normativa y tecnológica, que acelera la digitalización de la cadena de suministro.

Entre desafíos y oportunidades, la pregunta central permanece: ¿están las pymes latinoamericanas preparadas para insertarse en un nuevo escenario comercial dominado por la velocidad, la integración digital y la diversificación de alianzas?

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